De seguro te ha pasado que vas caminando y te encuentras un cartel de tu marca favorita, o una nueva serie o una nueva película con una bandera de colores y mensajes como “loveislove” o #GayPride y te preguntas ¿Por qué estos mensajes han tomado tanta popularidad?, el movimiento LGBTQI es uno de los movimientos políticos más fuertes y aunque sean una minoría, grandes marcas de ropa, restaurantes y otras instituciones han apoyado estas ideologías porque es uno de los movimientos que más ingresos genera en todas las industrias, pero la pregunta que realmente debemos hacernos es ¿hasta qué punto debo permitir su influencia en los principios y valores que he aprendido como correctos? Es innegable la presión social que estas industrias quieren causar obligando a la sociedad a adoptar un pensamiento equivocado frente a lo que moralmente consideramos como correcto e incorrecto.
Como jóvenes debemos aceptar que los principios que aprendemos en casa son objetivos y no dependen del pensamiento o deseo de una comunidad, tenemos un legislador que nos ha colocado un parámetro de vida por el cual sabemos cuándo algo no es correcto y frente a ese parámetro el amar a tu prójimo como a ti mismo no incluye la depravación sexual, el desenfreno o el consistir prácticas sexuales destructivas como aceptables o moralmente correctas, sin un parámetro moral ¿por qué deberían existir las leyes si cada no determina lo que es bueno y lo que es malo?
¿No se dan cuenta de que los que hacen lo malo no heredarán el reino de Dios? No se engañen a sí mismos. Los que se entregan al pecado sexual o rinden culto a ídolos o cometen adulterio o son prostitutos o practican la homosexualidad o son ladrones o avaros o borrachos o insultan o estafan a la gente: ninguno de esos heredará el reino de Dios.
1 corintios 6:9-10